Probablemente la mejor película realizada en Hollywood, y la obra mas ambiciosa de Francis Ford Coppolla se estreno en 1979. Y su re-edicion con media hora de montaje extra fue presentada en 2001, completando la historia, y aumentando el metraje a mas de 3 horas y cuarto.
Inspirada libremente en El Corazón De Las Tinieblas, escrito por Joseph Conrad, hace mas de 100 años (si no me equivoco) y situada en la guerra de Vietnam lejos de ser una película bélica, nos habla del descenso al caos, a la naturaleza mas primaria y salvaje del hombre y nos narra la historia de Willard, un capitán que tras varios periodos en nam´siente que no hay regreso posible a la civilización y se pudre en Sigon esperando una misión Sus deseos no tardan en cumplirse y desde Natrang, le encomiendan acabar con el Coronel Kurtz.
Kurtz, con un historial brillante, un genio militar, parece haber perdido la cabeza, tras varios años en las fuerzas especiales, se ha rebelado contra un sistema de mando que el considera corrupto, y se ha aislado en una remota region de Camboya, junto a una tribu de Nativos que lo considera un Dios.
Asi pues, Willard ha de remontar el rio Nung (o algo asi, no me acuerdo bien) en una lancha motora, tripulada por una serie de chavales a cada cual mas pintoresco. El mas joven, Limpio, de Detroit, que con 16 años, mintió para enrolarse, Lance, un surfista famoso de California, Chef, un hombre demasiado nervioso de Nueva Orleans, y el Jefe, líder de la lancha.
Este viaje sirve como motor de la historia, ya que a través del rió irán viendo todo lo que significa Vietnam, y es que el hecho de que antes haya dicho que la historia no es bélica eso no quita que el escenario sea el Vietnam mas crudo, con asombrosas escenas de guerra, visiones, que irán cambiando la manera de pensar de Willard (que se va obsesionando con la figura del Coronel, cuanto mas lee su historial mas parece entender sus motivaciones) y del resto de tripulantes de la embarcación.
Un viaje fascinante, lleno de horror, locura, violencia, e incluso partes de humor, en una película imprescindible por varios motivos. El primero de ellos la fascinante historia, y la manera de enfocarla toda desde el punto de un descreído como Willard. El segundo podrían ser, las actuaciones, brillantes, con un Martin Sheen apoteosico, un Marlon Brando increíble encarnando a Kurz, en una interpretación única y estremecedora. Los papeles secundarios también son cojonudos, con un Robert Duval desternillante en el papel de Killgore, un teniente coronel del noveno de caballería con una extraña moral, y demasiados cojones, y con un Dennis Hopper en el papel de reportero gráfico con Kurtz bastante acertado, entre otros muchos como un jovencisimo Lawrence Fishburne (o algo así, es Morfeo de Matrix) como Limpio.
La dirección artística, de imagen, y narrativa, es única con planos que han pasado a la historia del cine, una joya sonora, con canciones sesenteras, como los Rolling o los Doors, por citar algunas, y se podrian escribir paginas y paginas, comentando lo increíble que es esta película lo mucho que trasmite, la gran producción que tiene y el perfeccionismo que imprime Coppolla a la que para mi y con permiso de el Padrino es su obra cumbre sin lugar a dudas.
Poco mas que decir, como anécdota que el rodaje estuvo lleno de problemas, técnicos legales, de clima, para conseguir los helicópteros (que constituyen en centro de una de las escenas mas memorables), y con un Marlon Brando, por lo que se cuenta, poco colaborativo. Aun así, mira como les quedo.
En fin, para los cuatro despistaos que no hayan visto esta película y que les guste el cine, hay cita obligada de tres horas y cuarto frente al televisor. Obra Maestra
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